Prisioneros del mundo.



“Si ignoramos nuestra función inferior terminaremos frustrados y aburridos de todo; si simplemente la eludimos funcionaremos en un nivel primitivo e ineficaz.” Carl Jung.*

Y me rindo ante la necesidad de acallar esas voces internas que nos hablan en el sigilo monólogo de una cama a oscuras; o la lucidez de un mutis grupal cuando las miradas se ven sin mirarse y las sonrisas son solo de dientes para afuera; y adentro…ellas, las que quieren salir, atosigadas en la garganta, enfiladas hacia los dedos… ahora salen apresando la concepción de la libertad…

A propósito de mi novena mudanza en tres territorios disimiles, -sí, como novenario de entierro, como noveno el número divino o de la acción y los cambios- (en pugna con la pereza, eneagramáticamente hablando), estuvo rondando la idea en mi mente como esos voladores que se nos instalan zumbando cercano a nuestros oídos en noches tercermundistas y calientes, sin luz, sin ventilador…y sin repelentes… eso de las comparaciones de nuestros aprendizajes, nuestro crecimiento como seres humanos con la planta baja o alta y nuestros cambios internos. Digamos hacer un viaje a nuestros tipos sicológicos o personalidades y ver como trabajamos la ira, la vanidad, la pereza, la lujuria, el miedo, la gula, la envidia, la avaricia y la soberbia.

Pienso que habrá personas que no sabrán a lo que me voy a referir porque nunca caminaron por una cuerda floja ni como acróbata invitado…pero no por eso dejaron de eludir situaciones difíciles. Transitar esas situaciones nos hace tener la piel de cocodrilo y el alma de Teresa de Calcuta, por poner un ejemplo. Incluso los que hoy pueden ser grandes empresarios y o gente de poder, fama, etc. alguna vez vivieron abajo… de modo que, en su generalidad el hombre y la mujer, el ser humano puede estar arriba como puede estar abajo…cuando no en un intermedio austero que limita o la necesidad o la abundancia. Subrayo que no se trata sólo de dinero aunque este siempre anda bailando en todos los tópicos de la vida.

He escrito en alguna ocasión que la mayoría de las necesidades son creadas, ficticias, inventadas por la modernidad y las promociones mediáticas que nos obligan, grilletes en manos, en cierta forma, a razonar acorde a la moda, a lo tecnológico, al boom del momento… Estando sedentaria en mi país, luego de mi divorcio, puedo ver las necesidades reales de mi gente, atados a un uso equivocado de los recursos que nos ofrece la modernidad…porque supuestamente, proporciona status. Por Dios, yo no puedo tener una jeepeta (camioneta suv) si no logro tenerle el tanque lleno de gasolina, por ejemplo. No puedo inscribir a mis niños en colegios bilingües, obscenamente caros, porque no solventaría las necesidades primarias, y no honraría los pagos mensuales haciendo que viva infeliz… es mejor adecuarse a la realidad. Se debe soñar; pero nunca empeñar los sueños ni amarrarlos a lo material. Hay que poner un alto a la cultura de la apariencia.

En el momento en que un objeto, un carro, una casa, la ropa, una persona me convierte en esclavo de su uso, pierdo la libertad que es la esencia del ser humano. Cuando pierdo la libertad en manos de otro ser humano es cuando me hago dependiente de ese ser… cuando no puedo ser feliz sin él…o sin ese coche o ese vestido o esa casa…

“La única ley verdadera es aquella que conduce a la libertad” dijo Richard Bach en su best seller Juan Salvador Gaviota.* pp. 56

Y con esta frase como punta de lanza lo prometido que es la comparación de los pisos con nuestros niveles trascendentales… Cuando estamos en el baseman o sótano caemos en la más sórdida e infrahumana categoría de lo descendente. El infierno si existiese estaría muy cercano a un sótano o por debajo de este. Algo debe andar muy mal y debemos de auto-analizarnos porque, siguiendo con Juan Salvador, solo nosotros mismos tenemos en nuestro interior todas las respuestas. Lo que necesitas es seguir encontrándote a ti mismo un poco más cada día. “¡Hay tanto que aprender!”, (pp. 8) vuelvo y cito a Bach…y si somos honestos con nuestra propia valoración sabremos emprender el paso al piso uno… Somos responsables de construir nuestro self… nuestra mismidad.: no ser comunes y corrientes en busca de vivir cada día sin mayores interrogantes, … cuando empezamos a buscarnos por dentro… a notar los huecos de nuestra existencia los llenamos de sabiduría diaria, divina, o de sabiduría libre de ataduras, nomenclaturas, cárceles o interdependencias, por no decir cordones umbilicales que fabricamos cuando somos hijos, madres, esposos, novios… dañando la convivencia diaria, los estados de ánimos, por ende, la felicidad natural que se debe trabajar a lo interno, y luego a lo externo. Pasamos de golpe y porrazo al piso dos. ¡Ah! Por Dios, todos tenemos trabas y obstáculos que debemos sortear en nuestra búsqueda.

En el piso dos, todavía nos preocupan los albures clásicos del día a día, la comida, la ropa los carros… el dinero… somos presos con ciertos derechos a la felicidad y al vivir con estilo y si se quiere clase… pero ojo… seguimos siendo presos. Y qué busca el ser humano… la libertad. De modo que seguimos buscando, hurgando, leyendo, razonando a veces con la razón otras veces con el corazón… nos cansamos de buscar dentro de religiones y vimos que la Biblia era una gran aliada, no obstante las religiones eran como cárceles que muchas veces nos impiden el crecimiento interior. Nos declaramos atípicos, cristianos pero no religiosos, creyentes de que en este mundo han existido y existirán grandes hombres que dejaran huellas indelebles, paradigmas a seguir por las futuras generaciones. Creemos en un ser superior que nos invita a creer que somos hechos a imagen y semejanza de el… y nos da la pauta a seguir para perfeccionar esa imagen. Que no es dar a los menesterosos para que una cámara o una nota de prensa me tome… que no es tener compasión en la calle y en la casa ser un amargado-a que maltrata a su propia sangre… que no es parecer bueno si no que es ser justo, solidario, compasivo, generoso, ser humano…muy humano casi divino… y llegamos al piso tres… y los que vivan en este tienen resuelto que no necesitan mucho para vivir y ser felices. Recuerden que la fe mueve montaña y se basa en un pensamiento positivo enraizado en el poder de un Dios que sentimos pero que no vemos. Es invisible como mis escaleras. Incorporar cierta magia a nuestra vida diaria nos retribuirá con creces… por algo en la Biblia nos aconsejan descansar en el señor.

A contrarrestar entonces nuestras bajas pasiones por altas virtudes…a la pereza con acción; a la avaricia por desapego, la ira por serenidad, la gula por sobriedad, el miedo por arrojo o coraje…la soberbia con humildad…etc.

Ahora, justo ahora, cuando estuvimos siendo degradados, de cierta forma… humillados, remontamos a un piso que nos permite tocar la luna con la mirada dilatada…disfrutar de este maravilloso momento donde puedo tener el espectáculo de un cielo despejado, tras el cristal de este mi nuevo hogar en un piso superior… de un estado en el cual no necesito nada sino algo para cubrir mi desnudez; calmar el hambre circunstancial y falaz y algo de dinero para imprimir lo que escribo. Se los juro, soy libre.

Y recuerden algo muy importante… el universo es vuestro y es mío también…no es de nadie en particular y es de todos.

Termino con una frase del libro que leyera por primera vez en mi adolescencia y ahora uso como bibliografía trascendental para todo el que quiera reinventarse cada día…y cito: “…tenemos que rechazar todo lo que nos limita” pp. 49

Elizabeth Quezada
2011-12-15, RD.

Fuente:
Juan Salvador Gaviota, un relato. Richard Bach… pp. 8-49-56-
¿Quién soy yo? Tipos Psicológicos y autorrealización, (C.G Jung, Freud, Chopra, C. Naranjo, Steinner y otros. Edición de Robert Frager-Editorial Kairós, Barcelona, 1995 (traducción de Fernando Mora y David González Fraga)..pp.18-

Comentarios

fenway ha dicho que…
No creo haber leido un ensayo tan claro y reflexivo sobre un tema que muchos debemos tomar como base para elevar nuestra humildad a una calidad imperiosa para hacernos mejores seres humanos.Hay demasiado contradiciones que nos limitan ver las cosas mas elementales,que son las imprescindibles en nuestro breve inventario de existencia.Cuanta razon tienes poeta y escritora en tu valioso aporte.Que gusto me ha dado encontrarme con esta joya.
Eli Quezada ha dicho que…
Gracias hermano por tu valoración algo subjetiva pero hermosa.